Hoy, 27 de mayo, se celebra el Día Nacional del Celíaco, una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada, centeno y probablemente avena que se presenta en individuos genéticamente predispuestos, caracterizada por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes.
Hacer un diagnóstico temprano de la Enfermedad Celíaca y la sensibilidad al gluten puede evitar muchos problemas futuros y prevenir otras dolencias asociadas, por lo que no está de más observar a los más pequeños para intentar detectar si son o no son celíacos. A través de topdoctors.es hemos contactado con la Doctora Lama More, licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid y especializada en Pediatría y Puericultura, en Endocrinología y Nutrición, quien nos ofrece algunos consejos al respecto. Actualmente, ejerce de nutricionista en D-Médical y es Jefe de la Unidad de Metabolismo y Nutrición Infantil del Hospital infantil ‘La Paz’, por lo que esta cuestión le resulta muy
¿Qué cuidados se deben tener con un bebé en su primera alimentación?
Lo ideal es iniciar la alimentación con leche materna que se debería mantener hasta los seis meses de edad como alimento único. A partir de entonces, debe hacerse la diversificación de la dieta. En ocasiones, se puede incluir otro alimento a partir del quinto mes y nunca antes del cuarto mes. Se aconseja administrar pequeñas cantidades de gluten mientras se mantiene la leche materna y nunca debe iniciar la ingesta de gluten antes del cuarto mes ni después del séptimo mes.
¿Qué síntomas presenta la celiaquía o en qué cambios en el bebé hay que fijarse?
Cuando el niño come alimentos con gluten, la celiaquía se presenta en general con síntomas digestivos: pérdida de apetito, en ocasiones con cambio en las características de las heces (pierden consistencia, se hacen blandas, malolientes y en ocasiones pueden tener brillo); diarrea crónica o intermitente, estreñimiento crónico, dolor abdominal, anemia ferropénica, mala ganancia ponderal o pérdida de peso e hipocrecimiento, retraso de la pubertad, amenorrea y aumento de transaminasas hepáticas. Actualmente, la celiaquía suele presentarse con pocos síntomas y por eso el diagnóstico se retrasa en muchas ocasiones. Pero un cambio en el apetito, retraso del peso y talla, cambios en las características de las deposiciones puede hacer sospecha. Algunos niños celíacos tienen cambios de humor, son más irritables o tristes.
¿Cómo se diagnostica?
Es necesario que el niño esté tomando gluten diariamente. Como es una enfermedad inmunológica y hereditaria, el diagnóstico se hace con la determinación de anticuerpos anticélulas intestinales y antigliadina que es una proteína del gluten. El estudio genético se hace determinando los antígenos de histocompatibilidad, que son proteínas codificadas genéticamente. Hay muchas, pero las que son de alto riesgo de tener celiaquía son dos: HLA DQ2 y o DQ8 positivos. En ocasiones, el especialista puede indicar la realización de biopsia intestinal y en este caso, se exige una atrofia vellositaria severa (MARSH III) para el diagnóstico.
¿Qué alimentos se deben evitar en la alimentación infantil de los celíacos?
Alimentos que contengan harina de trigo, cebada o centeno (pan, cereales, pasta). hay que tener en cuenta que muchos alimentos manufacturados pueden contener gluten.
¿Es necesario que el menor tome algún tipo de vitamina, al estar en proceso de crecimiento?
Tras el diagnóstico es necesario tomar vitaminas y hierro durante un tiempo para reposición de las carencias que hubiera producido la enfermedad. Tras este periodo no suele necesitar más suplementación que un niño de su edad.
Si una madre es celíaca, ¿puede transmitirse genéticamente a sus hijos?
Sí puede, la celiaquía es una enfermedad familiar, si el niño comparte los haplotipos de riesgo de su madre.
¿Tiene cura? ¿Qué cuidados y chequeos debe seguir una persona celiaca?
La celiaquía se cura tras la retirada del gluten de la dieta. Debe tener cuidado con los alimentos manufacturados que pueden llevar pequeñas cantidades de gluten. La dieta exenta de gluten debe ser variada y equilibrada cuidando que el aporte calórico sea correcto eligiendo cereales que no lleven gluten (arroz, maíz, soja, mijo, quinua) para sustituir a los cereales que llevan gluten. Los celíacos deben ser controlados de manera rutinaria para asegurar su adhesión a la dieta sin gluten (un alto porcentaje abandonan). Debe ser revisado por su Gastroenterólogo porque tiene riesgo de asociar otras enfermedades autoinmunes.