Abril de 1956, últimos días de la presencia española en Marruecos. Santiago (Pablo Rivero), un joven abogado, hijo adoptivo de un importante político franquista, llega a Tetuán, capital del Protectorado. Su misión es la de encontrar una familia que podría ser la suya. Semanas antes alguien le ha hecho llegar un anónimo y una fotografía.
Sus primeros pasos parecen cerrar el caso: unos pocos datos sobre la familia, la casa incendiada donde murieron y tres tumbas. Esta información y otros indicios le atormentan. Un personaje singular, el Alemán, le enredará con sus ayudas y trampas introduciéndole en una apasionante trama de suspense entre las asfixiantes calles de Tetuán. Una muchacha se cruzará en su camino. Elegante y atractiva vive con su padre en la antigua casa incendiada. No conocieron a la familia que vivió allí pero mantienen con ella unos lazos ocultos que Santiago descubrirá. Tetuán parecía un lugar donde cerrar un trámite pero se está convirtiendo en algo más, llevándole a descubrir quién es realmente y qué pasó esa fatídica noche, cuando una familia fue asesinada.
Entonces, Santiago se preguntará ¿para qué sirve la verdad? ¿Es importante conocerla? Y él será el único que pueda responder a esas preguntas.