El mundo está dividido en dos tipos de personas, las que quitan las hebras del plátano antes de comérselo y las que se lo comen sin importarles nada. Seas el tipo de personas que seas seguro que no sabes que estas hebras reciben el nombre de floema y son las responsables de repartir los nutrientes que hacen que se forme el plátano.
¿Por qué no tienes que quitarlas? Según explica Nerea Rodríguez, Wellness Expert del hotel Barceló Portinatx, “los filamentos del plátano contienen mucha más cantidad de fibra que el resto del plátano, concretamente un tipo de fibra soluble llamada pectina que refuerza la salud intestinal. También tienen una alta concentración de vitamina B6, calcio, antioxidantes, y potasio y magnesio en abundancia que favorecen la función de los músculos y los nervios”.
Lo mismo pasa con el resto de frutas y verduras. “Debemos aprovechar las capas y hojas exteriores de estos alimentos para minimizar la pérdida de fibra y vitaminas y pare mantener una microbiota intestinal y un sistema inmunitario fuerte” explica. Cuando pelas algunas frutas y hortalizas estás tirando nutrientes que combaten enfermedades y mantienen el cuerpo y la piel funcionando adecuadamente. Pero, ¿qué porcentaje? Mucho. La experta en wellness explica que “el contenido de vitaminas en la fruta desciende desde la piel hasta el centro del alimento”.
La piel de algunos alimentos, fuente de propiedades
En este sentido, existen alimentos cuyas pieles nunca sospecharías beneficiosas más allá de las más comunes como la manzana, pera (incluso el pepino). Uno es el kiwi, según una investigación publicada en “Food Chemistry” el delta tocoferol (vitamina E) se encuentra sobre todo en la piel de esta fruta, por lo que lo ideal es lavarlo bien y comerlo sin pelar, igual que una manzana.
La piel del plátano también podemos comerla si es de producción ecológica, no es tóxica y contiene sustancias beneficiosas: vitaminas del grupo B, fibra, carotenoides y polifenoles antioxidantes (dada su dureza podemos añadir una pequeña cantidad a nuestros smoothies).
Otro ejemplo son las berenjenas, cuya piel contiene un fitonutriente llamado “nasunina”, un potente antioxidante que ayuda a reparar el daño celular; o las patatas, con casi un 20% de vitaminas y minerales en su piel, además de un buen aporte de fibra.
Dicho esto, ¿valen todas? Utiliza el sentido común, si su exterior es duro (como el caso de la piña) deberíamos pelarla, aunque podemos utilizar sus propiedades y sabor en otros platos o hervirlas para conseguir infusiones. Si en algunos casos te resulta complicado, se recomienda beberlo en forma de smoothies, ya que permite eliminar por completo la textura conservando todos los beneficios que ofrece comer el alimento completo.