Con la llegada del verano, apetece tomar un vino rosado, cuyas propiedades, maridajes y frescor le convierten en un must para esta época del año. No obstante, son varios los falsos mitos que recorren a su alrededor.
La bodega Domaines Ott, productora de los mejores vinos rosados del mundo, desmonta las mentiras más extendidas y que más confunden a los españoles sobre este producto.
- El vino rosado se produce mezclando blanco y tinto. Se trata de uno de los falsos mitos más conocidos. El proceso de elaboración del rosado nunca ha residido en la mezcla entre vinos para rebajar su sabor y color. No obstante, sí se permite la mezcla de vinos blancos y tintos en champagne, aunque no todas bodegas lo realizan.
- El rosado se elabora de uvas rosadas. Falso. La mayoría del vino rosado se produce a partir de una maceración ligera de uvas tintas. En este sentido, al tratarse de vinos más delicados, los rosados requieren de uvas de la máxima calidad y mayor higiene posible en su proceso de elaboración.
- El rosado está pensado para quien no le gusta el vino. Mentira. Pocos vinos aportan mayor placer que un buen rosado en las calurosas noches del verano mediterráneo. Cada vino tiene su momento y el amante del vino sabe encontrarlo.
- El rosado es el vino menos apreciado. No es verdad. En Francia, cuna del vino de calidad, se consume más vino rosado que blanco. El rosado es trendy, y cada vez está creciendo más su demanda en España también.
- La calidad del rosado viene dada por la intensidad de su color. Falso. Esta discriminación es causada, como otros muchos aspectos del sector, a los prejuicios y falsas creencias. De hecho, los vinos más apreciados son los asalmonados.
- El rosado no cuenta con un gran vino. Mentira. Existen en la actualidad grandes vinos rosados de la Provenza como el legendario Domaines Ott o Ch. d’Esclans, así como extraordinarios champagnes rosados como Louis Roederer Cristal Rosé, el primer champagne en obtener los míticos 100 puntos de Robert Parker.
- El rosado es un vino sin personalidad. Completamente falso. El rosado es el vino de la noche de verano, de la copa entre amigos, incluso de la copa después de cenar o de media tarde en un entorno similar a la de la copa de champagne.
- El rosado no es un vino para comer. No es cierto. Pocos vinos acompañan mejor una ensalada, una pasta ligera o una paella que el rosado, ideal con arroz y marisco o pescado a la brasa. Sus propiedades y frescor le permiten maridar con una amplia variedad de platos.
- Rosado y clarete son lo mismo. Ambos son vinos que se producen de forma diferente, y con uvas distintas. Los rosados son vinos que se elaboran con uvas tintas, mientras que el clarete pasa por mezclar uvas tintas y blancas en diferente proporción.
- El rosado es un vino pasado de moda. Los pasados de moda son los que creen este mito. El vino rosado es una de las tendencias más potentes del mercado del vino en la última década, especialmente en ambientes chic como Ibiza, la costa azul francesa, los Hamptons de Nueva York o Miami.