Tel Aviv puede describirse como la ciudad de los deseos cumplidos, de las ideas brillantes y de la libertad sin horarios ni etiquetas. Para descubrirla, la revista de viajes y estilo de vida Condé Nast Traveler viaja en su número de mayo a la segunda ciudad más grande de Israel, tan mediterránea como hedonista. En medio de este caos disciplinado, la publicación entrevista a Bar Refaeli, la supermodelo original del Tel Aviv con la que comparte su carácter moderno, ecléctico, divertido, inteligente y atractivo.
En esta ciudad el lema es ‘vive y deja vivir’. «Las palabras ‘buena vida’ lo abarcan todo: la ciudad está viva y animada todo el tiempo, durante el día, las calles están llenas de cafeterías, la gente monta en bicicleta y puedes ver a las mamás jóvenes con sus bebés por todas partes». La modelo, que dio a luz a su primera hija en 2016 y espera otro bebé, compagina perfectamente su maternidad y su profesión: «Como madre, estoy bastante libre y no me estreso, y no soy tímida para pedir ayuda. Hago ejercicio varias veces a la semana cuando la niñera cuida de Liv; además, su padre es muy activo y está comprometido con la paternidad. A veces pido ayuda a los abuelos y así me aseguro de tener tiempo para estar a solas con mi marido y para salir de noche. ¡Creo que mi hija será feliz si nosotros somos felices!», explica.
Y es que para Refaeli no hay un lugar mejor donde sus pequeños puedan crecer: «He viajado a muchos lugares y vivido en el extranjero y, al final elegí formar familia en Israel. Creo que tiene que ver con el hecho de que tuve una estupenda infancia aquí y también la deseo para mis hijos». Para ella la familia lo es todo y se declara profundamente enamorada de su marido, el empresario Adi Ezra: «Mi marido es mi mejor amigo, es mi compañero en todo lo que hago. Aprendo de él todos los días y estoy más enamorada a medida que pasa el tiempo. El respeto por el otro, después de ver a tu alma gemela cuidar de tu hija es enorme. El amor crece y estoy agradecida por haber encontrado esa alma tan especial para compartir mi vida».