Los Addams se han instalado en el madrileño Teatro Calderón para hacernos pasar un rato divertido con un importante elenco nacional y una puesta en escena a la altura de esta gran familia.
En el mundo de La Familia Addams estar triste es ser feliz, lo insensato es lo sensato, sentir dolor es sentir alegría, lo imprudente es lo prudente y la muerte y el sufrimiento son la materia de la que están hechos sus sueños. Sin embargo, esta peculiar familia está a punto de enfrentarse a una de las pesadillas más espeluznantes (y más comunes) a todo progenitor; sus niños se hacen mayores.
Durante cientos de años, Gómez y Morticia han tratado de preservar los auténticos valores Addams, tan especiales como únicos, pero por mucho que deseen seguir viviendo en esa armonía, algo inesperado va a acontecer: su macabra y querida hija Miércoles se ha enamorado de Lucas Beineke, un chico dulce, cariñoso e inteligente de una familia ‘normal’ y respetable de Ohio.
Nadie está muy de acuerdo con esta pareja, pero para empeorar aún más las cosas, Miércoles ha invitado a cenar a los Beineke.
Bienvenidos a una nefasta, fatídica e hilarante noche en casa de los Addams, los más ocultos secretos se van a revelar, las relaciones, amoríos y amistades serán examinadas, y la Familia Addams al completo, ancestros incluidos, deberá hacer frente a la única y terrible cosa que ha logrado evitar durante generaciones: el cambio.